Piel de bebés y niños
Piel de bebés y niños
El
aspecto y las funciones de la piel joven difieren de los de la piel
adulta. Los mecanismos de autoprotección que prevalecen en la piel
adulta sana están menos desarrollados y, en consecuencia, los bebés y
los niños necesitan un cuidado especial para mantener sana su piel.
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COMPRENDIENDO LA PIEL DEL BEBÉ
La
piel del bebé es más fina y delicada que la piel del adulto. Responde
más sensiblemente a agresores externos y necesitan un cuidado especial y
una protección extras.
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Aunque
la piel del bebé tiene el mismo número de capas que la piel del adulto,
cada capa tiene mucho menos espesor. En general, la piel del bebé
representa sólo la 1/5 parte del espesor de la piel adulta. La capa más externa de la epidermis (la capa córnea) es mucho más delgada y las células están menos compactadas que en la piel del adulto. Las glándulas sudoríparas y sebáceas son también menos activas que en los adultos, de manera que la película hidrolipídica (una emulsión de agua y grasas que cubre y protege la superficie de la piel) y el manto ácido protector (la parte acuosa de la película hidrolipídica, que es ligeramente ácida) son todavía relativamente débiles. En consecuencia, la función de barrera está limitada:
La sensibilidad a los rayos UV se incrementa adicionalmente por la débil pigmentación de la piel del bebé. Aunque los melanocitos (las células responsables de la producción de melanina) están presentes, son menos activos. |
La regulación de la temperatura corporal puede ser difícil en bebés, dado que:
Esto hace que los bebés sean especialmente sensibles a temperaturas extremas y cambios de temperatura. |
¿CÓMO CAMBIA LA PIEL DURANTE LA INFANCIA?
A medida que los niños maduran, la piel hace lo propio: desde el nacimiento hasta los 6 años aproximadamente:
En torno a los 6 años, la estructura de la piel y sus anejos ha madurado completamente y corresponde a la del adulto. La actividad de las glándulas sebáceas no aumenta hasta los cambios hormonales de la pubertad, que aparecen aproximadamente a los 12 años de edad. Estos cambios hormonales aportan también diferencias entre la estructura y el comportamiento de la piel de chicos y chicas que, hasta este momento, han sido los mismos. Lea más en diferencias entre la piel masculina y la femenina. |
PROCESOS DE LA PIEL INFANTIL
Dermatitis atópica
La dermatitis atópica
(conocida también como eccema atópico) es una de las enfermedades
cutáneas más corrientes de la infancia y afecta, en general, entre el 10
y el 20% de los niños. En 1/3 de estos casos, la enfermedad desaparece
durante la infancia, si bien en otros puede continuar hasta la edad
adulta. En su naturaleza de proceso no contagioso pero molesto y en ocasiones doloroso, la dermatitis atópica cursa normalmente en 2 fases: Una fase inactiva en la que la piel es muy seca, irritable y escamosa, teniendo que ser hidratada diariamente, y una fase activa (o "brote") en la que la piel tiene que ser tratada con medicaciones tópicas para calmar la inflamación y aliviar el picor. ¿Cuáles son las causas y los desencadenantes? Se cree que la dermatitis atópica es genética. Existe un vínculo conocido entre la dermatitis atópica, la fiebre del heno y el asma y hay datos demostrativos de que si cualquiera de los padres sufre de estos procesos, sus hijos serán más propensos a la dermatitis atópica. La investigación ha demostrado también que niños de países desarrollados, que viven en zonas urbanas donde la intensidad de los contaminantes es mayor, así como los que viven en climas fríos, tienen más probabilidad de presentar este proceso.
Después de que aparezca la afección hay cierto número de
motivos por los cuales los síntomas empeoran o aparecen brotes agudos.
Se sabe que estos pacientes presentan un déficit de lípidos importantes y
factores hidratantes naturales ("FHN", como urea
y aminoácidos). En consecuencia, la función de su barrera cutánea está
debilitada, aumenta la pérdida de humedad y son propensos a la sequedad.
El deterioro de la función barrera supone que sustancias nocivas, como
alergenos e irritantes, pueden penetrar y que la piel llega a
infectarse más fácilmente. También se sabe que estos pacientes tienen
una función inmunitaria irregular (conocido como atopia), que hace que
su piel sea más reactiva al medio ambiente y vulnerable a la
inflamación.
Los problemas se deben a menudo a que el niño se rasca en las zonas donde le pica, alterando de este modo una barrera cutánea frágil de por sí. Esto propicia que la bacteria llamada Staphylococcus aureus se multiplique e infecte la piel. La infección causa inflamación que, a su vez, provoca un picor que empeora posteriormente el proceso: una situación viciosa conocida como Ciclo de la Piel Atópica. Lea más en dermatitis atópica. |
¿Qué síntomas aparecen en los bebés? La dermatitis atópica es rara en lactantes menores de 3 meses. Los síntomas aparecen normalmente después del destete del bebé: de repente aparece una erupción con inflamación y picor de la piel. En las fases de brote agudo, la piel infectada puede segregar líquido. La dermatitis atópica afecta habitualmente la cara de los bebés, particularmente las mejillas, aparte del cuero cabelludo (conocido también como "costra láctea"), las rodillas y los codos. Es muy infrecuente que los bebés presenten piel atópica en la región de los pañales. Aunque la dermatitis del pañal puede tener un aspecto similar, se trata de una región demasiado húmeda para que aparezca una dermatitis atópica. Lea más en dermatitis atópica facial en niños y niños con dermatitis atópica en el cuerpo.
¿Qué síntomas presentan los niños?
Los niños que presentan la enfermedad más tarde (entre los 2 años y la pubertad) comienzan habitualmente con un sarpullido en el cuerpo, que es seco y se acompaña de parches pruriginosos y escamosos. La piel tiende a ser desigual y estar engrosada y correosa. Las zonas corrientemente afectadas son los pliegues de los codos o las rodillas, el cuello, las muñecas, los tobillos y/o los surcos entre las nalgas y las piernas. A causa de que los síntomas persisten a menudo durante más de 3 meses (la definición médica de una enfermedad crónica), la piel en las zonas inflamadas puede ser gruesa. Esto se conoce como liquenificación. Lea más en dermatitis atópica facial en niños y niños con dermatitis atópica en el cuerpo. |
CUIDADO DE LA PIEL DEL BEBÉ Y DEL NIÑO
La piel joven necesita un cuidado particular:
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¿Qué cuidados hay que implementar frente a la dermatitis atópica?
Una
de las causas de la sequedad de la piel y el trastorno de la función de
la barrera es una carencia de lípidos de la barrera cutánea, incluyendo
ceramidas,
que son ricas en ácidos grasos omega 6, especialmente ácido linolénico.
Las ceramidas son tipos de lípidos especiales que mantienen juntas las
células en la capa más externa de la piel, evitando de este modo una pérdida excesiva de agua y la penetración de irritantes, alergenos y microbios.
La gama AtopiControl de Eucerin utiliza el aceite de onagra y el aceite de pepitas de uva, ambos ricos en ácidos grasos omega 6, para reponer los lípidos de la barrera cutánea y restablecer su función protectora. Un componente antibacteriano, el decandiol, actúa frente al Staphylococcus aureus mientras que un extracto de la raíz de la regaliz, rico en licocalcón A, reduce el eritema cutáneo. Por último, el mentoxipropanediol contribuye a aliviar el picor. Lea más acerca del proceso cutáneo en dermatitis atópica. |
Bebés, niños y sol
Una
protección solar eficiente y eficaz es esencial para los bebés y los
niños. La piel joven es delgada y su función de barrera está reducida,
haciéndola especialmente sensible a los nocivos rayos UV. Esta
sensibilidad se incrementa adicionalmente por los bajos niveles de
pigmentación de la piel del bebé. Con su mera protección natural y
expuesta al intenso sol del mediodía, la piel de los niños puede empezar
a quemarse ya al cabo de cinco minutos.
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La
exposición excesiva a los rayos UV y al eritema solar durante la
infancia puede causar problemas de salud a largo plazo, incluyendo el
melanoma y otros cánceres de la piel. El daño puede prevenirse en gran
medida por medio de un comportamiento sensato, como limitar la
exposición y recurrir al uso efectivo de protección solar:
Prevención Los bebés no deben ser expuestos al sol, dado que sus mecanismos de protección natural no están formados todavía. Limitación de la exposición Los niños deben evitar el sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, periodo durante el cual los rayos alcanzan su máxima intensidad. Protección solar efectiva Cuando están expuestos al sol, los niños deben vestir ropas protectoras y utilizar un filtro solar apropiado con factor de protección solar (FPS) elevado. Leer más en el efecto del sol sobre la piel de los niños. |
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