Súper Dieta Quema Grasas Abdominal Para Aplanar Tu Vientre!
Súper Dieta Quema Grasas Abdominal Para Aplanar Tu Vientre!
Esta dieta está especialmente diseñada para convertir el cuerpo, a través de ciertos alimentos, en una máquina quema grasas abdominal. Es sencilla: Se cuentan las calorías y se agregan grasas monoinsaturadas a las comidas.
Se descubrió que los ácidos grasos monoinsaturados hacen que el hígado elimine grasas, colesterol LDL (el malo) y toxinas con mayor eficiencia, previniendo así que se acumule grasa en la zona media del cuerpo.
Claves de la súper dieta quema grasas abdominal
- Debes tomar 2 litros diarios de agua sassypor 4 días. El agua sassy se elabora agregándole a los 2 litros de agua 1 cucharadita de jengibre fresco picado, ½ pepino, pelado y cortado en rodajas finas, y 12 hojas de menta. Tómalo frío. Este primer paso es para activar la dieta.
- Elige las grasas monoinsaturadas: aguacate, aceitunas, chocolate negro sin azúcar, frutos secos (almendras, anacardos, nueces, pistachos, pipas de calabaza y de girasol tostadas, entre otras) y aceites (preferiblemente el de oliva, pero también son buenos los de ajonjolí o sésamo, de maní, de girasol y de linaza).
- Debes saber cuánto de cada cosa puedes comer: ¼ de taza de aguacate, ¼ de frutos secos, ¼ de taza de chocolate, 1 cucharada de aceite.
Cómo hacer la dieta quema grasas abdominal
Puedes hacer mil combinaciones de menús usando las cantidades arriba indicadas:
- El aguacate lo picas y lo añades a tus ensaladas, o vuelto puré con gotas de limón sobre una tostada.
- Las aceitunas las comes solas o en ensaladas o en platos con más elaboración (por ejemplo, pechuga de pollo o pavo con aceitunas negras rebanadas).
- Come el chocolate como un postre, o añadido a tu desayuno con avena o frutas, al igual que los frutos secos, que también puedes comer en ensaladas.
- El aceite úsalo para aderezar o saltear vegetales, y para elaborar pesto (excelentequema grasas abdominal). Incluso, si haces batidos proteicos, puedes agregarles la cucharadita de aceite de oliva.
Elabora un menú con estas indicaciones, haz 4 comidas diarias de 400 calorías cada una, y añade la grasa monoinsaturada que prefieras a cada una de ellas.
Ten en cuenta que en estos menús debes incluir abundantes vegetales, crudos y cocidos, frutas, proteínas animales y vegetales y carbohidratos complejos, es decir, de los buenos. Nada de frituras, nada de azúcares, nada de alimentos procesados.
La primera etapa, la del agua sassy, probablemente te provoque muchas ganas de orinar, ya que estarás desintoxicándote a gran velocidad; eso significa que debes planearla muy bien a fin de que no te sorprendan las ganas lejos de un baño.
Otra cosa, si comes más cantidad de grasas monoinsaturadas que las que se indican en la dieta quema grasas abdominal no estarás haciéndola correctamente, al contrario, podrías subir de peso logrando exactamente el efecto opuesto.
Si tienes dudas y ya no sabes más qué hacer para bajar esa barriga, lo mejor que puedes hacer es conseguir un programa efectivo y serio, desarrollado por un experto en nutrición y acondicionamiento físico. Por eso te recomiendo uno de los mejores programas que existen: LA VERDAD SOBRE LOS ABDOMINALES PERFECTOS, de Mike Geary.
Esta guía te mostrará paso a paso cómo eliminar grasa del abdomen con un método único y especialmente desarrollado para lograrlo. Sabrás cuándo comer cada alimento y cómo combinarlo para que se conviertan en las más poderosas comidas de una dieta quema grasas abdominal.
Tipos de grasas de almacén en tu organismo
Que almacenamos grasa en nuestro cuerpo es algo que todos tenemos claro ¿verdad?. Pero, ¿sabías que existen distintos tipos de grasa y que no todos se merecen esos calificativos tan poco cariñosos que están rondando por tu mente?. Vamos a verlo.
El que el hombre tenga la capacidad de almacenar energía en forma de depósitos de grasa no es una maldición, como mucho pudiéramos pensar, sino una ventaja evolutiva que hizo a la especie humana sobrevivir en los períodos de hambruna a lo largo de su historia. De esta forma, los que se salvaron de la extinción fueron los humanos con mayor capacidad de almacenar reservas de grasa, y esta puede ser la razón de que actualmente sea más común encontrar personas con tendencia a la obesidad que a permanecer delgados.
En nuestro organismo debemos distinguir distintos tipos de grasa, pues no todos actúan de la misma forma ni tienen por qué ser perjudiciales:
Grasa parda.
A pesar de lo feo que suena el nombre deberíamos adorarla porque se comporta como la masa muscular, es decir, nos hace consumir energía incluso estando en reposo. La finalidad de la grasa parda es quemar energía para subir la temperatura del cuerpo cuando hace frío.
Es un tipo de grasa que presentan los recién nacidos para ayudarlos a mantener la temperatura corporal que se va perdiendo, por desgracia, al cumplir años. De todas formas, aunque hasta hace poco se pensaba que desaparecía al abandonar la niñez, se ha descubierto que en la edad adulta aún se conservan algunas reservas y que son precisamente las personas con tendencia a permanecer delgadas las que las poseen en mayor cantidad.
Grasa blanca.
Es la que se acumula en “zonas estratégicas” de nuestro cuerpo (habitualmente donde menos queremos…) formando los llamados michelines. Pero tampoco debemos demonizarla; su función es la acumulación de reservas de energía para periodos de necesidad y además tiene otras misiones como producir adiponectina, hormona que ayuda a regular la producción de insulina participando en el metabolismo de los azúcares y los ácidos grasos.
Hay que tener en cuenta que los adipocitos, o células en los que se almacena la grasa blanca, se crean en la niñez-adolescencia, de ahí de la importancia de la alimentación desde pequeños. A partir de la edad adulta lo único que haremos es expandir o encoger estas células según las rellenemos de más o menos grasa.
La mayoría de las mujeres acumulan esta grasa blanca alrededor de las caderas y muslos, mientras en los hombres se acumula en la zona abdominal. Aunque no nos lo parezca esta grasa de la zona baja del cuerpo nos protege, a las mujeres de enfermedades como la diabetes y las cardíacas, pues segrega hormonas beneficiosas como la nombrada adiponectina y la leptina (hormona reguladora del apetito), frente a la grasa abdominal, que libera sustancias perjudiciales relacionadas con la inflamación.
Este papel protector de la grasa blanca lo vamos perdiendo cuando se aproxima lamenopausia, ya que la caída de los niveles de estrógenos hace que la grasa acumulada en caderas y muslos se vaya desplazando hacia la zona abdominal.
Grasa visceral.
Es grasa blanca que se ha ido acumulando, como su propio nombre indica, en la zona abdominal entre las vísceras, no en el tejido subcutáneo. Su peligrosidad radica en que segrega unas sustancias llamadas citoquinas que promueven la inflamación de los tejidos, así como aumentan la liberación de hormonas del estrés como el cortisol, afectando a la producción de insulina y favoreciendo la aparición de patologías como enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Por si no fuera suficiente, un estudio reciente de la Universidad de Harvard revela que las personas con altos niveles de grasa visceral son más propensas a la pérdida de masa ósea y como consecuencia a fracturas.
Desde el punto de vista de la salud, preocupa menos una mujer con exceso de grasa a nivel de las caderas que con una cantidad excesiva de grasa visceral. De todas formas, les advierto que, a pesar del papel protector de esta grasa blanca en la zona baja del cuerpo, deben tener en cuenta que a medida que a medida que se aproximen a lamenopausia, el exceso de grasa se convertirá en peligroso al situarse en la zona abdominal y, por tanto, cuanto antes recuperemos unos valores de grasa saludables, mejor.
Algo bueno (sí, bueno) de la grasa visceral es que responde muy bien al ejercicio aeróbico. Un estudio ha demostrado que, a igualdad de tiempo dedicado al ejercicio, perdían más grasa visceral las personas que realizaban ejercicio aeróbico, como correr, que aquellas que se focalizaban en ejercicios de resistencia.
Celulitis.
La celulitis no es nada más (y nada menos) que la consecuencia de que la grasa blanca se ha acumulado de forma excesiva en los adipocitos y estos han aumentado su volumen de forma que impiden el correcto drenaje de los tejidos; el líquido intercelular se espesa, la microcirculación no funciona de forma adecuada, se acumulan toxinas y se produce una inflamación que da a esos tejidos el indeseado aspecto de “piel de naranja”.
No tiene por qué ir asociada con sobrepeso u obesidad; un 90% de las mujeres la padecen en mayor o menor grado debido, por una parte, a que almacenamos un porcentaje mayor de grasa que los hombres y, por otra, a que su aparición va muy ligada a los cambios hormonales que se producen en el cuerpo femenino.
Ahora entenderéis la importancia en consulta a las mediciones de esta grasa que hacemos mediante bioimpedancia. Aunque los valores con este método de medida no son tan exactos como los obtenidos con otros medios más sofisticados, si conseguimos tener una orientación sobre la distribución de la grasa corporal.
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